lunes, 21 de enero de 2013

DESNUDANDO AL OPORTUNISTA:


La ciencia de montarse en el trabajo ajeno.
Cómo hace una persona para montarse en el trabajo ajeno? Por qué? Y Para qué lo hace?

EL CICLO DEL OPORTUNISTA

Paso 1
Asistir a reuniones de un colectivo u organización
Paso 2
Convocar a las reuniones del colectivo u organización
Paso 3
Cuestionar las decisiones del colectivo u organización
Paso 4
Disputar el liderazgo

Lo malo no está en el ciclo sino en lo que sucede entre los pasos 2 al 4 y cómo ocurren las cosas.


El oportunista no se mezcla con la organización ni se integra a su funcionamiento cumpliendo una función o tarea de mantenimiento, una tarea esencial y específica adjuntiva y conjuntiva, no, al contrario de ello el oportunista prefiere el acompañamiento de los directivos. No llega a ser un miembro del grupo sino un acompañante del directivo o jefe. Al oportunista no le interesa el trabajo. En lugar de incorporarse a la vida interna de la organización y conocerla pacientemente desde su interior el oportunista escoge el servilismo del jefe, o del que cree que es el jefe, para acompañarle. La razón es que el desarrollo de las tareas menores, como convocar y preparar escenarios de encuentro, le ubica por encima del grupo a nivel visual y, genera una idea falsa, un espejismo de liderazgo hacia fuera del grupo, frente a terceros. El oportunista busca aprovechar éste espejismo en beneficio propio.

Es un parásito que sólo abandona su nicho, su presa, su víctima, cuando ha logrado dar el salto a una posición más ventajosa, que casi siempre es una posición en solitario pero de liderazgo. Por eso se gana el odio de las bases. En síntesis el que se monta en el trabajo ajeno es un parásito oportunista que sólo tiene en mente el beneficio personal y egoísta.

El problema es que como todo parásito genera efectos nocivos para la víctima, para la organización y sus miembros. Puede causar incluso la destrucción de la organización. En la naturaleza viene a ser como la muerte del organismo. Es por eso que tenemos que estar muy pendientes de estos parásitos, para identificarlos y neutralizarlos antes de que causen daños mayores. El parásito oportunista genera la molestia del grupo, lo distorsiona todo y llegado a su punto máximo de acción disputa el liderazgo o compromete la imagen publica de la organización. Es una verdadera molestia.

QUÉ HACER

Una vez identificado el parásito oportunista, por los efectos que causa, hay que neutralizarlos  cortando todo vínculo con la directiva de la organización, asignándole una tarea concreta dentro del orden de los trabajos que se desarrollen en el interior de la organización y que esté inscrita al principio de lo que seria la vida organizacional del individuo o expulsándole si fuera muy grave, abierto y frontal su comportamiento. A las organizaciones se entra desde abajo. En las organizaciones se crece con el trabajo. La representación de las organizaciones se gana y luego se respeta. Dirigir una organización implica trabajo e implica un compromiso con la organización que no se puede subordinar a cualquier interés personal diferente al espíritu y naturaleza de la organización. Al parásito oportunista poco le importa la organización y su mística, para él lo que importa es alimentarse de ella y lograr su objetivo siempre externo a la organización, al grupo.

La manera de prevenirlo es que los directivos mantengan y desarrollen ellos mismos sus tareas y responsabilidades de dirección y representación sin depositarlas en otros, por encima de todo el directivo debe actuar y resolver valiéndose de los recursos internos de la organización sin echar mano de elementos externos extraños a ella. Hay que respetar a los miembros de la organización. No hay razón que justifique ponerle a los miembros del grupo a alguien por encima a realizar tareas que impliquen dirección o representación. Es una ofensa al trabajo, a la lealtad misma que se le debe a los compañeros del grupo y, es un ataque a la organización que amenaza su vida y continuidad. Si se necesita ayuda en la dirección o representación el directivo debe valerse de la promoción interna de los mejores prospecto según la antigüedad, la habilidad personal y las necesidades de la organización.

LA PSICOLOGÍA DEL OPORTUNISTA

Uno quisiera pensar que el oportunista es una persona que no entiende mucho, que se junto mal o que se torció en el camino por el efecto de una ambición, porque las ambiciones ciegan el intelecto. Pensando así el oportunista no tiene responsabilidad directa e intencional de su propio comportamiento. La cosa es que lo que hace a una persona oportunista es precisamente una decisión, lo que revela intencionalidad y un grado respetable de racionalidad. El oportunista decide entre el oportunismo como metodología y el trabajo, evalúa entre el tiempo y su ambición, analiza entre el esfuerzo y una supuesta inteligencia superior (viveza). El oportunista saca cuentas y toma una decisión pensándose más inteligente que los demás pretendiendo alcanzar sus metas sin invertir tiempo, esfuerzo y recursos, valiéndose del trabajo y buena fe de los demás de manera hostil y manipuladora. El oportunista es un manipulador capaz de distorsionar todo. Al oportunista no se le dan segundas oportunidades. Al oportunista se le quita la alfombra y ya. El único remedio para el oportunismo es el trabajo esforzado. El oportunista no cambia, al contrario, al verse descubierto prefiere excluirse a sí mismo, convirtiendo el acto mismo de auto-exclusión una oportunidad de sacar provecho saltando a otra organización que de la que pueda volver a ser huésped y repetir el ciclo del oportunista.

Si una persona ha caído en el comportamiento oportunista porque eso fue lo que aprendió lo mejor que puede hacer es desaprender y comenzar a caminar otra vez con claridad, aprendiendo desde abajo, construyendo lo propio, creciendo con calma, respetando la integridad, la dignidad y la inteligencia de los compañeros. Es bueno aprovechar las oportunidades de la vida, lo que es malo es convertir todo y a todos en una oportunidad para llegar rápido a nuestro destino. Algunos lo logran pero eso no hace que el oportunismo sea bueno.


Antonio Berrios @ciudadpetare





















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