martes, 27 de agosto de 2013

¿Qué ofrece el socialismo?

¿Qué pasa en nuestro cerebro y en nuestro espíritu cuando pensamos en el  socialismo? Pensar en el socialismo significa involucrar el pensamiento en algunos apuros, que, dicho sea de paso, muchos prefieren eludir. Es inevitable,  primero que todo, dar al traste con el sesgo histórico del concepto y del fenómeno, del mito de las viejas luchas y de los viejos héroes, empezando por la de Espartaco  hasta la del Che Guevara, Fidel Castro, y Chávez.

Luego, las grandes revoluciones y las doctrinas hasta que aparecen en el horizonte nuestras pequeñas grandes  luchas, nuestras ideas, aparece lo nuestro, hasta que el socialismo comienza a ser la manera de defender lo nuestro al tiempo de defender el derecho a mejorar siendo lo que somos. Entre aquello que es nuestro está nuestra libertad, nuestra independencia, nuestra identidad, nuestra cultura, nuestros orgullos, nuestra dignidad, nuestra integridad, nuestra salud, nuestra vida, nuestros sacrificios y el de nuestros antepasados. Para los que heredamos el sufrimiento de las luchas pasadas con sus cárceles y sus torturas. Entre aquello que es nuestro está nuestra fe, nuestra esperanza, nuestros sueños, nuestros amores perdidos en el disiparse cotidiano de la tarea incumplida y que afanosamente se convierte en obsesión. Entre aquello que es nuestro está nuestra paz, nuestros hijos y nuestras felicidades. Alcanzar la victoria es recuperar los hijos, el amor y la felicidad aunque para el que observa resulte ser demasiado tarde. Alcanzar la victoria llena de sentido el sacrificio quitándole es peso que cierra nuestros parpados.

Cuando pensamos el socialismo es como si nos asumimos en lucha, nos hacemos críticos, muchas veces hasta cansones incluso para nuestros compañeros, amigos y familiares, hasta la saturación. Asumimos la tarea de la denuncia como propia. Nos sabemos en peligro y asumimos el sacrificio personal como una posibilidad cierta, siempre latente hasta que a muchos les sobreviene sin sorpresa alguna.

Cuando pensamos el socialismo nos encontramos  con el antiimperialismo y la defensa contra la prepotencia mundial: terrorismo verdadero es el del gobierno norteamericano y sus aliados.

El socialismo es para nosotros por ejemplo indigenismo y la lucha en defensa de la naturaleza y la continuidad de la vida humana.

Cuando pensamos el socialismo vienen a la mente la crítica económica y la necesidad de nuevas formas de propiedad que permita construir un desarrollo verdadero que parta de nuestras capacidades y de nuestra relación con la naturaleza. Que parta de nuestra actividad humana preponderante.

Vemos la burguesía con su inmoralidad avara y mezquina, vemos la flojera de trabajar de los burgueses coloniales que quieren hacer fortunas a expensas del Estado, vemos a la burguesía floja y parasitaria que no quiere trabajar. Nos encontramos criticando el sistema capitalista y sus injusticias.

Pensamos muchas cosas: reforma de la educación como hecho y como proceso, revolución ética, sociedades sin clases, etc., pero, poco pensamos en lo que el hombre y la mujer común esperan del socialismo, no pensamos  en lo que ofrece el socialismo: abolir el reino de la injusticia, la asimetría, el sufrimiento y la desigualdad social, romper el secuestro de los recursos que unos pocos se apropian en detrimento de las inmensas mayorías, de los pobres y de los obreros, garantizarle a la mayoría pobre y obrera el acceso a esos recursos tan necesarios para transformar el modo de vida y alcanzar realización, para mejorar las condiciones vitales existenciales de los desvalidos, de los pobres, de los excluidos y de los oprimidos del modo de vida capitalista burgués.

La política social adelantada por el Comandante Chávez, vale la pena comprenderlo, es socialista, primero porque rompe la dominación hegemónica y monopólica que los opresores del mercado tenían sobre los obreros y sobre pobres y segundo porque se alza como la primera acción de la aspiración revolucionaria de transformar el Estado para derrocar la injusticia. Porque rompe la dominación hegemónica y monopólica del imperio y su burguesía lacaya, parasita y floja es que se revuelve el mundo por sus reacciones violentas y terroristas tendientes a la demolición de la esperanza para reimplantar al ser humano a su anterior estado de servilismo y sumisión oscura.

Por ejemplo la Misión Negra Hipólita se lanzó a recuperar lo que para el pensamiento burgués puede considerarse desperdicio social: la indigencia conformada por seres humanos victimas del desempleo, el analfabetismo, la droga y el alcoholismo. Esta misión recuperó un importante de número de seres humanos que ya han sido reincorporados a la vida social normal incluso hasta el punto de restablecerlos a sus anteriores hogares violentados y desestructurados.

La misión Ribas completó el gran esfuerzo por vencer el analfabetismo en nuestro País, la Misión Sucre dio fluidez a la vida escolar de cientos de miles de venezolanos, me atrevo a decir millones. La idea de las aldeas universitarias es en sí misma una gran revolución, de hecho en el campo de la educación, concretamente en el campo de la reforma al sistema educativo. Muchos jóvenes y adultos han cursado estudios universitarios y pueden prestar sus servicios en sectores del mercado laboral que hace diez años eran impensables.

Madres y padres de familia han podido elevar así la calidad de vida de sus familia, si no directamente en el plano económico si en el plano de la autoestima familiar y la salud emocional de las familias. La Misión Madres del Barrio rescato a las niñas venezolanas víctimas de un decadente modelo educativo, la degradación de la familia, el efecto de los contravalores implantados por la televisión y el cine que promueven la cultura del sexo, la prostitución, las drogas y la violencia. Muchos niños hijos de niñas tienen hoy algo de ayuda para sobrellevar las dificultades propias del tipo de nacimiento con el que vieron la vida.

Nuestros viejitos y viejitas tienen cobertura de la seguridad social con su incorporación al sistema de pensiones, la ley orgánica del trabajo hoy protege realmente al trabajador, aunque falta mucho por hacer para mejorar sustancialmente las condiciones laborales de nuestros trabajadores.

Los CDI, SRI, BARRIO ADENTRO y clínicas populares le dieron acceso a los pobres sin trayectoria laboral formal, gentes mal contratados, subempleados, obreros que apenas ganan el salario mínimo, a un aceptable sistema de salud dirigido en primer lugar a salvar a nuestros hermanos de las condiciones de peligro. El apoyo de Cuba ha sido inmensamente valioso para el desarrollo del plan de garantizarles salud a todos los venezolanos de escasos recursos. La situación que ataco la política de salud del gobierno bolivariano no sólo ha beneficiado a la clase obrera y a los pobres en general, una parte significativa de la clase media se ha movilizado para disfrutar o usar el beneficio porque sencillamente la situación con las clínicas y las compañías aseguradoras es de morirse.

La gran misión Vivienda Venezuela vino a resolver el inmenso déficit en materia habitacional que sufría el País, los venezolanos y extranjeros, inicialmente atendidos por causas de desastres naturales que todos conocemos ya, fueron o son aún salvados de las mafias constructoras y financieras que montaron verdaderas trampas en la venta de terrenos, casas y apartamentos para todos los niveles de ingresos. A la banca se le puso freno ante las estrategias de usuras en que caía todo el que deseaba o necesitada comprar una casa o un apartamento. La banca se tragó gran parte de los recursos de los constructores de buena fe. El gobierno bolivariano salvó a un gran número de venezolanos y venezolanas que eran estafados por los arrendadores que cambiaban e imponían aumentos a los alquileres a capricho y de manera violenta.

Mercal y PDVAL con sus variaciones rompieron el monopolio que existía sobre los artículos de la cesta básica y cuyos precios eran subidos a capricho por sus productores para presionar la caída del gobierno bolivariano. Sobrevino el control de precios para proteger al consumidor de la especulación, luego vino el acaparamiento y el desabastecimiento. El gobierno bolivariano ha importado alimentos de calidad de nuestros hermanos países latinoamericanos y caribeños para garantizar la seguridad alimentaria de los obreros y los pobres venezolanos que son usados como fichas sacrificables en la lucha por restablecer la vieja hegemonía norteamericana. El gobierno ha sido cuestionado por el porcentaje del consumo interno que es satisfecho con la importación, algunos lo ubican en el 85%. La rabia del gobierno norteamericano y de la burguesía parasita y floja es que esta importación no se está haciendo como se hacía hace décadas desde EEUU, por lo que no sólo se garantiza la seguridad alimentaria y se rompe la hegemonía norteamericana sino que se contribuye al desarrollo de las economías nacionales y continentales latinoamericanas y caribeñas, lo cual es muy útil a la integración del Sur.

El planteamiento socialista no puede confundirse con el burdo y vació populismo adeco- copeyano. En nuestro caso se está apostando a un poder popular que se forma y crece en fuerza política para profundizar la revolución. Revolución es transformación no es reforma. El socialismo venezolano se comporta como un mecanismo que viene abriendo brecha, rompiendo la hegemonía, el monopolio y el oligopolio de una burguesía parasitaria y floja acostumbrada a hacer negocios y enriquecerse con los recursos del Estado. Los parásitos amarillos nos llaman ladrones porque tomamos, como revolucionarios, los recursos del Estado y los usamos para el desarrollo de los que ellos consideraban escoria o desperdicio social, lean en la revista la arbolada lo que Rómulo Gallegos pensaba de los pobres del pueblo y entenderán por qué dicen que somos ladrones al usar los recursos como los usamos, nos llaman ladrones porque se acostumbraron a pensar que los recursos del Estado les pertenecían para hacer negocios nacionales e internacionales. El socialismo venezolano es un mecanismo liberador que viene dando acceso al pueblo a todos los recursos que antes estaban restringidos para el enriquecimiento de unos pocos.

La revolución salva a los que están en condiciones vulnerables, rescata a los que antes eran escoria y los reinserta a vidas normales con sus familias y amigos, rompe el monopolio que habían montado en la producción de los alimentos de la cesta básica, rompe la dominación de las compañías aseguradoras que hacían que la gente perdiera todo o muriera en las puertas de las clínicas, rompió con la educación con esa condición de obrero no calificado que les estaba impuesta a la gran mayoría, al filtrar la educación universitaria, para mantener un gran ejercito de reserva muerto de hambre y servil que les permitiera gozar de salarios ínfimos para trabajadores que se veían obligados a trabajar desamparados totalmente. La revolución acabo con las viejas historias de desalojos a golpes y patadas de la policía o los tribunales. En general, para no seguir la línea del detalle, la revolución rompe el monopolio, el oligopolio y las posiciones de dominio en los mercados, la revolución rompe el control social a través del mercado.


El socialismo ofrece acceso a los recursos a los pobres para los que estaban negados, ofrece oportunidades para realizarse y vivir una vida mejor y más feliz, permite disfrutar de un bienestar que ayudamos a producir, el socialismo nos devuelve el poder y la conciencia de los derechos y libertades políticas, el socialismo ofrece seguridad en materia de asistencia social, de educación, de salud, de alimentación, de vivienda, de trabajo, de transporte y defensa de nuestra soberanía nacional. El socialismo nos ofrece la ventaja de siempre poder mejorar aunque empecemos la vida en la pobreza más extrema.

2 comentarios:

  1. Interesante. Pero si ese socialista NI RESPONDE EL CELULAR, se hace el musiu, estara trasmitiendo algun buen ejemplo?
    Carlos Perez GRANITO DE ARENA.

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  2. Tremendo análisis de los logros en este proceso...Que no quede duda de estas alternativas , que tenemos que sentirlas y defenderlas para el progreso de la generación de relevo...Antonio este sera material para el semestre en la escuela de Derechos Humanos

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