lunes, 3 de febrero de 2014

¡MUERTE A LOS MOTORIZADOS!



Por Antonio Berrios

Sé que con estas palabras estoy arriesgando mi vida, integridad y libertad pero si queremos resolver el problema tenemos que pensar y actuar con claridad.

Todo el mundo comenta sobre las medidas restrictivas contra los motorizados como punta de lanza en la lucha contra la criminalidad pero lo que dice la gente en la calle es lo que de verdad asusta. Los motorizados en éste momento son víctimas de todos los prejuicios que desde el principio de los tiempos se la han etiquetado a los pobres para dominarlos, aplastarlos, reducirlos, controlarlos y dominarlos. Para poder disponer la fuerza, la violencia, las armas y el poder para reducir su fuerza. Para recordarles su inferioridad y para que no se les olvide su impotencia.

LA TRAGEDIA
Lo que piensa la burguesía sólo importa para cuidarse de ella y no servirle de caja de resonancia a sus inagotables quejas, reproches y exigencias en defensa de su modo de vida ya en decadencia. ¡CUIDADO CON REPETIR ALGUNO DE SUS MALEFICIOS!, es entendible que ella diga cosas como “a esos malditos hay que matarlos a todos” “todas esas mierdas son delincuentes” “deberían quitarles las motos y ya” “ojala los maten a todos” “ojala los metan presos a esos malandros del coño” porque muy naturalmente nos odian. Históricamente está el odio contra el pueblo, ya Platón llamó a los pobres despectiva y prejuiciosamente avispones con aguijón y sin aguijón para diferenciar entre los que piden y los que roban, indicando que trabajaban en equipo, pero, también dijo Platón en La República que estos aumentan en los gobiernos oligárquicos porque los ricos secuestran todo y no dejan nada al pueblo. Psicológicamente nos odian porque necesitan hacerlo para poder explotarnos, usarnos y robarnos a nosotros, el odio es un elemento del racismo, necesitan odiarnos para creerse mejores que nosotros y para cuidarse enfermizamente de mezclarse con nosotros. Lo que no es lógico es que nosotros los del pueblo repitamos todas esas palabras y nos convirtamos de jueces de nuestra propia gente. El que de nosotros diga ¡MATEN A LOS MOTORIZADOS! ¡CÁRCEL A LOS MOTORIZADOS! ¡QUE LA POLICÍA JODA A LOS MOTORIZADOS! Está mandando a matar, a meter preso o a que sea víctima del ABUSO POLICIAL a alguien de su familia que puede ser abuelo, papa, tío, hermano, primo, sobrino, esposo, hijo, yerno y no sólo a los hombres porque hoy en día son muchas las mujeres que han recurrido a la moto para realizarse diariamente. Y esa es la tragedia: que podemos estar un día VOCIFERANDO ESTUPIDECES en una plaza, repitiendo las palabras con que el fascismo presiona al gobierno en los medios, pidiendo cárcel, muerte y atropellos implacablemente y llegar en la noche con la noticia de que metieron preso a un hijo, que un carro atropelló a un papa en la autopista y se fugó o que unos policías en una alcabala abusaron de un esposo, lo golpearon y le quitaron todo el dinero que tenía encima porque ya eran las 7 de la noche, porque era un negro feo o porque tenía en certificado de salud vencido.

EL PROBLEMA POLÍTICO
De lo dicho anteriormente se desprenden varias reflexiones que no se pueden obviar. En primer lugar, que el fascismo se expresa en la burguesía colonial venezolana a través de la angustia e insatisfacción permanente por lo que ellos llaman LA PÉRDIDA DE VALORES, los fascistas viven angustiados quejándose de la perdida de los valores pero lo que realmente les preocupa es la perdida de hegemonía social, política y económica que gradualmente están sufriendo conforme se consolida una sociedad más igualitaria en la que a los pobres cada vez se le abren más espacios y se le reconoce una ciudadanía más plena de derechos y libertades. Lo que expresa la burguesía no es miedo a la delincuencia sino miedo a la igualdad social y política porque esta igualdad significa perdida de hegemonía económica y política y porque si resulta que no son superiores toda su cosmovisión social se derrumba y no hay quién los saque de sus crisis emocionales. En segundo lugar: que la angustia expresada no es sólo un mecanismo de desahogo sino un complejo mecanismo de presiones políticas que busca generar estrés social, perturbaciones, conflictos, críticas mal sanas para encausar la insatisfacción generada y acumulada hacia el derrocamiento del proceso de transformación social. La burguesía no quiere una sociedad más justa porque económicamente no le conviene y porque socialmente no le sirve a la dominación social en que está montado el modo de vida capitalista. Sencillamente en la sociedad capitalista injusta la burguesía tiene el poder. De manera que el gobierno revolucionario no puede estar complaciendo las exigencias políticas de la burguesía ni puede caer en juegos de presiones de ningún tipo. Complacer a la burguesía en su juego de presiones es traicionar la causa revolucionaria. Hay que tener cuidado con el populismo porque el populismo es un signo inequívoco de falta de carácter del gobierno. Hay que atacar los problemas sociales de la manera más objetiva, tomando en cuenta la realidad, con análisis concretos que sólo tomen en cuenta verdades cuantificables. Ni el gobierno, ni los partidos de la revolución ni nosotros podemos salirnos del campo de la racionalidad. Si lo hacemos caeremos en el campo del surrealismo donde la ley es el caos y donde nada tiene un valor concreto, donde mandan el capricho y la impunidad.

LA FUNCIÓN DE GOBIERNO Y LA LEY
El Estado tiene, por definición, el monopolio de la violencia legítima, eso le da el control de las armas y el uso exclusivo de la coerción cuando sea necesario para preservar la paz, el orden, la integridad de los venezolanos, la seguridad y la soberanía nacional. Para disponer legítima y constitucionalmente de esta fuerza el Estado debe estar en presencia de un PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL y lo que hay que definir es ¿Cuál es el problema central? ¿Los motorizados son un problema de seguridad nacional? ¿El auge descontrolado de la criminalidad es un problema de seguridad nacional? ¿El gobierno bolivariano y chavista es un problema de seguridad hemisférica norteamericana? Según se vea uno de estos tres es el problema central que hay que atacar. Para el gobierno de los EEUU el gobierno bolivariano es un problema tedioso que pone en juego su liderazgo y hegemonía continental, es un problema que tiene que resolverse y por eso se han valido de todo tipo de estrategias directas e indirectas, que tienen su reflejo en la política opositora que reacciona contra el gobierno dando a entender que el verdadero problema, del que brotan todos los demás, es que el gobierno esté en manos del pueblo ¿Están dispuestos los del pueblo a ayudar al gobierno norteamericano y su empleados venezolanos a solucionar este problema? Porque ese es el problema que la oposición quiere resolver. Para la burguesía pervertida de racismo y delirio de superioridad los motorizados son el problema. Sencillamente la burguesía que tiene carro no quiere compartir sus calles, avenidas y autopistas con el pueblo así como los blancos no querían compartir las aceras con los negros y mestizos hace poco menos de un siglo. A la pequeña y mediana burguesía le da arrechera que los pendejos puedan acceder a una moto para movilizarse. La moto le da al pendejo del barrio esa independencia para movilizarse que antes estaba reservada para los que tenían carro. La masificación de la moto está vinculada al aumento de capacidad de respuesta de los colectivos y movimientos sociales y de los individuos que ya no sólo la usan para ser mensajeros sino para todos los aspectos de su vida en la ciudad. Para el gobierno bolivariano el problema es el auge de la criminalidad y la delincuencia. No hay ningún delito nuevo, el robo, el hurto y el homicidio ya están tipificados y a menos que se llegue a la conclusión de que LA MOTO ES UN ARMA asociar el delito a la moto en lugar de ayudar lo que hace es entorpecer la solución a los problemas. Le voy a dar unas pistas al gobierno para diseñar un verdadero plan contra la criminalidad: 1.- la criminalidad aumenta porque la policía agarra a los delincuentes les quita lo que robaron, les quita las armas, les cobra sumas millonarias para no procesarlos y los deja irse libres y, esto ocurre desde la más mínima infracción de tránsito. 2.- Aunque el número de delincuentes no haya aumentado su trabajo sí porque ahora tienen que robar otra vez cada vez que la policía los agarra (digo policía pero esto incluye a la guardia también) y tienen que robar suficiente para pagar si el delito es grave, los agarran en flagrancia o hay demasiados testigos como para cobrar la vacuna y soltarlos de una vez, estamos hablando de cifras que superan los 200 mil bolívares. 3.- Como la policía se comporta así de rapazmente la delincuencia aunque no le perdió el miedo a su poder de fuego si le perdió el respeto a la institucionalidad policial y por eso actúa a sus anchas robando y matando a la luz el día y donde sea. La delincuencia de hoy no corre por miedo a la cárcel, corre para no pagarle a la policía, para que la policía no le quite lo que se robaron. 4.- La guerra económica de especulación con el dólar y con los precios, de acaparamiento y desabastecimiento ha inflado la economía y encarecido los productos de necesidad y de moda hasta un punto que la población no puede acceder a ellos normalmente (por ejemplo un celular que cuesta 25 mil Bolívares no es accesible para el que gana un sueldo mínimo, tiene un hijo, esposa y tiene que pagar alquiler), esto ha creado un mercado paralelo cuyo único proveedor es la delincuencia con el robo. Por esta razón el robo ya no se juzga como malo sino como bueno porque pone al alcance de la mano productos que de otra manera no se podrían tener y el asunto es que todos los quieren tener. Estas son las pistas para entender por qué ha aumentado la criminalidad y la delincuencia en Venezuela. De manera que cualquier plan para frenarla debe incluir los siguientes elementos: A.- Despolitizar el problema del robo y la delincuencia que en las altas esferas se conoce como corrupción, B.- Hay que procesar a los corruptos para tener el ejemplo, C.- Hay que someter a todas las policías y a todos los policías a un estricto proceso de investigación y depuración con la ayuda del Ministerio Público y el respaldo de Las Fuerzas Armadas, las Milicias, la Reserva y los colectivos organizados; los policías corruptos tienen que ser procesados y encarcelados, D.- Cada cuerpo de policía, todas las policías, deben estar sometidos a una constante supervisión y vigilancia por un cuerpo policial que se dedique exclusivamente a eso. El objetivo del plan es que cada delincuente que caiga en un procedimiento positivo sea procesado y no pueda evadir el juicio, la condena y la cárcel porque el verdadero problema de hoy no es que la policía no captura a los delincuentes sino que les quita lo que robaron, les cobran millonarias sumas para no procesarlos y los dejan libres para seguir delinquiendo lo que sí es seguro es que el problema no es la moto.




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