Por Antonio Berrios
Sé que con estas palabras estoy arriesgando mi vida,
integridad y libertad pero si queremos resolver el problema tenemos que pensar
y actuar con claridad.
Todo el mundo comenta sobre las medidas restrictivas contra
los motorizados como punta de lanza en la lucha contra la criminalidad pero lo
que dice la gente en la calle es lo que de verdad asusta. Los motorizados en
éste momento son víctimas de todos los prejuicios que desde el principio de los
tiempos se la han etiquetado a los pobres para dominarlos, aplastarlos,
reducirlos, controlarlos y dominarlos. Para poder disponer la fuerza, la
violencia, las armas y el poder para reducir su fuerza. Para recordarles su
inferioridad y para que no se les olvide su impotencia.
LA TRAGEDIA
Lo que piensa la burguesía sólo importa para cuidarse de ella
y no servirle de caja de resonancia a sus inagotables quejas, reproches y
exigencias en defensa de su modo de vida ya en decadencia. ¡CUIDADO CON REPETIR
ALGUNO DE SUS MALEFICIOS!, es entendible que ella diga cosas como “a
esos malditos hay que matarlos a todos” “todas esas mierdas son
delincuentes” “deberían quitarles las motos y ya” “ojala
los maten a todos” “ojala los metan presos a esos malandros del coño”
porque muy naturalmente nos odian. Históricamente está el odio contra el pueblo,
ya Platón llamó a los pobres despectiva y prejuiciosamente avispones con
aguijón y sin aguijón para diferenciar entre los que piden y los que roban,
indicando que trabajaban en equipo, pero, también dijo Platón en La República que
estos aumentan en los gobiernos oligárquicos porque los ricos secuestran todo y
no dejan nada al pueblo. Psicológicamente nos odian porque necesitan hacerlo
para poder explotarnos, usarnos y robarnos a nosotros, el odio es un elemento
del racismo, necesitan odiarnos para creerse mejores que nosotros y para
cuidarse enfermizamente de mezclarse con nosotros. Lo que no es lógico es que
nosotros los del pueblo repitamos todas esas palabras y nos convirtamos de
jueces de nuestra propia gente. El que de nosotros diga ¡MATEN A LOS
MOTORIZADOS! ¡CÁRCEL A LOS MOTORIZADOS! ¡QUE LA POLICÍA JODA A LOS MOTORIZADOS!
Está mandando a matar, a meter preso o a que sea víctima del ABUSO POLICIAL a
alguien de su familia que puede ser abuelo, papa, tío, hermano, primo, sobrino,
esposo, hijo, yerno y no sólo a los hombres porque hoy en día son muchas las
mujeres que han recurrido a la moto para realizarse diariamente. Y esa es la
tragedia: que podemos estar un día VOCIFERANDO ESTUPIDECES en una plaza,
repitiendo las palabras con que el fascismo presiona al gobierno en los medios,
pidiendo cárcel, muerte y atropellos implacablemente y llegar en la noche con
la noticia de que metieron preso a un hijo, que un carro atropelló a un papa en
la autopista y se fugó o que unos policías en una alcabala abusaron de un
esposo, lo golpearon y le quitaron todo el dinero que tenía encima porque ya
eran las 7 de la noche, porque era un negro feo o porque tenía en certificado
de salud vencido.
EL PROBLEMA POLÍTICO
De lo dicho anteriormente se desprenden varias reflexiones
que no se pueden obviar. En primer lugar, que el fascismo se expresa en
la burguesía colonial venezolana a través de la angustia e insatisfacción
permanente por lo que ellos llaman LA PÉRDIDA DE VALORES, los fascistas viven
angustiados quejándose de la perdida de los valores pero lo que realmente les
preocupa es la perdida de hegemonía social, política y económica que
gradualmente están sufriendo conforme se consolida una sociedad más igualitaria
en la que a los pobres cada vez se le abren más espacios y se le reconoce una
ciudadanía más plena de derechos y libertades. Lo que expresa la burguesía no
es miedo a la delincuencia sino miedo a la igualdad social y política porque
esta igualdad significa perdida de hegemonía económica y política y porque si
resulta que no son superiores toda su cosmovisión social se derrumba y no hay
quién los saque de sus crisis emocionales. En segundo lugar: que la
angustia expresada no es sólo un mecanismo de desahogo sino un complejo
mecanismo de presiones políticas que busca generar estrés social,
perturbaciones, conflictos, críticas mal sanas para encausar la insatisfacción
generada y acumulada hacia el derrocamiento del proceso de transformación
social. La burguesía no quiere una sociedad más justa porque económicamente no
le conviene y porque socialmente no le sirve a la dominación social en que está
montado el modo de vida capitalista. Sencillamente en la sociedad capitalista
injusta la burguesía tiene el poder. De manera que el gobierno revolucionario
no puede estar complaciendo las exigencias políticas de la burguesía ni puede
caer en juegos de presiones de ningún tipo. Complacer a la burguesía en su
juego de presiones es traicionar la causa revolucionaria. Hay que tener cuidado
con el populismo porque el populismo es un signo inequívoco de falta de
carácter del gobierno. Hay que atacar los problemas sociales de la manera más
objetiva, tomando en cuenta la realidad, con análisis concretos que sólo tomen
en cuenta verdades cuantificables. Ni el gobierno, ni los partidos de la
revolución ni nosotros podemos salirnos del campo de la racionalidad. Si lo
hacemos caeremos en el campo del surrealismo donde la ley es el caos y donde
nada tiene un valor concreto, donde mandan el capricho y la impunidad.
LA FUNCIÓN DE GOBIERNO Y LA LEY
El Estado tiene, por definición, el monopolio de la violencia
legítima, eso le da el control de las armas y el uso exclusivo de la coerción
cuando sea necesario para preservar la paz, el orden, la integridad de los
venezolanos, la seguridad y la soberanía nacional. Para disponer legítima y
constitucionalmente de esta fuerza el Estado debe estar en presencia de un
PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL y lo que hay que definir es ¿Cuál es el problema
central? ¿Los motorizados son un problema de seguridad nacional? ¿El
auge descontrolado de la criminalidad es un problema de seguridad nacional?
¿El
gobierno bolivariano y chavista es un problema de seguridad hemisférica
norteamericana? Según se vea uno de estos tres es el problema central
que hay que atacar. Para el gobierno
de los EEUU el gobierno bolivariano es un problema tedioso que pone en
juego su liderazgo y hegemonía continental, es un problema que tiene que
resolverse y por eso se han valido de todo tipo de estrategias directas e
indirectas, que tienen su reflejo en la política opositora que reacciona contra
el gobierno dando a entender que el verdadero problema, del que brotan todos
los demás, es que el gobierno esté en manos del pueblo ¿Están dispuestos los
del pueblo a ayudar al gobierno norteamericano y su empleados venezolanos a
solucionar este problema? Porque ese es el problema que la oposición quiere
resolver. Para la burguesía pervertida
de racismo y delirio de superioridad los motorizados son el problema.
Sencillamente la burguesía que tiene carro no quiere compartir sus calles,
avenidas y autopistas con el pueblo así como los blancos no querían compartir
las aceras con los negros y mestizos hace poco menos de un siglo. A la pequeña
y mediana burguesía le da arrechera que los pendejos puedan acceder a una moto
para movilizarse. La moto le da al pendejo del barrio esa independencia para
movilizarse que antes estaba reservada para los que tenían carro. La
masificación de la moto está vinculada al aumento de capacidad de respuesta de
los colectivos y movimientos sociales y de los individuos que ya no sólo la
usan para ser mensajeros sino para todos los aspectos de su vida en la ciudad. Para el gobierno bolivariano el
problema es el auge de la criminalidad y la delincuencia. No hay ningún delito
nuevo, el robo, el hurto y el homicidio ya están tipificados y a menos que se
llegue a la conclusión de que LA MOTO ES UN ARMA asociar el delito a la moto en
lugar de ayudar lo que hace es entorpecer la solución a los problemas. Le voy a
dar unas pistas al gobierno para diseñar un verdadero plan contra la
criminalidad: 1.- la criminalidad aumenta porque la policía agarra a los
delincuentes les quita lo que robaron, les quita las armas, les cobra sumas millonarias
para no procesarlos y los deja irse libres y, esto ocurre desde la más mínima
infracción de tránsito. 2.- Aunque el número de delincuentes no haya aumentado su
trabajo sí porque ahora tienen que robar otra vez cada vez que la policía los
agarra (digo policía pero esto incluye a la guardia también) y tienen que robar
suficiente para pagar si el delito es grave, los agarran en flagrancia o hay
demasiados testigos como para cobrar la vacuna y soltarlos de una vez, estamos
hablando de cifras que superan los 200 mil bolívares. 3.- Como la policía se
comporta así de rapazmente la delincuencia aunque no le perdió el miedo a su
poder de fuego si le perdió el respeto a la institucionalidad policial y por
eso actúa a sus anchas robando y matando a la luz el día y donde sea. La
delincuencia de hoy no corre por miedo a la cárcel, corre para no pagarle a la
policía, para que la policía no le quite lo que se robaron. 4.- La guerra
económica de especulación con el dólar y con los precios, de acaparamiento y
desabastecimiento ha inflado la economía y encarecido los productos de
necesidad y de moda hasta un punto que la población no puede acceder a ellos
normalmente (por ejemplo un celular que cuesta 25 mil Bolívares no es accesible
para el que gana un sueldo mínimo, tiene un hijo, esposa y tiene que pagar
alquiler), esto ha creado un mercado paralelo cuyo único proveedor es la
delincuencia con el robo. Por esta razón el robo ya no se juzga como malo sino
como bueno porque pone al alcance de la mano productos que de otra manera no se
podrían tener y el asunto es que todos los quieren tener. Estas son las pistas
para entender por qué ha aumentado la criminalidad y la delincuencia en
Venezuela. De manera que cualquier plan para frenarla debe incluir los
siguientes elementos: A.- Despolitizar el problema del robo y la delincuencia
que en las altas esferas se conoce como corrupción, B.- Hay que procesar a los
corruptos para tener el ejemplo, C.- Hay que someter a todas las policías y a
todos los policías a un estricto proceso de investigación y depuración con la
ayuda del Ministerio Público y el respaldo de Las Fuerzas Armadas, las
Milicias, la Reserva y los colectivos organizados; los policías corruptos
tienen que ser procesados y encarcelados, D.- Cada cuerpo de policía, todas las
policías, deben estar sometidos a una constante supervisión y vigilancia por un
cuerpo policial que se dedique exclusivamente a eso. El objetivo del plan es
que cada delincuente que caiga en un procedimiento positivo sea procesado y no
pueda evadir el juicio, la condena y la cárcel porque el verdadero problema de
hoy no es que la policía no captura a los delincuentes sino que les quita lo
que robaron, les cobran millonarias sumas para no procesarlos y los dejan
libres para seguir delinquiendo lo que sí es seguro es que el problema no es la
moto.
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